Tengo todos los años el antojo de preparar una nueva variedad de torrejas, ya sea cambiando el tipo de pan, sustituyendo el líquido en el que las remojamos, como en estas torrejas de tres leches, cambiando la técnica de cocinado o eligiendo otro tipo de cobertura como estas torrejas de manzana y canela. Este año he querido probar a hacer estas torrijas de fresa y su almíbar con las que hemos disfrutado muchísimo en casa.
Manteniendo el remojo tradicional de las torrejas de leche, los cambios introducidos en este postre se materializan en que hemos preparado un acabado diferente tanto en el líquido sobre el que se sirven, como en un ligero barnizado a la superficie de las torrejas, que haremos con pulpa de la fruta.
El resultado es una torreja húmeda, muy cremosa, con mucha presencia del aroma de la fresa que le da un balance al sabor. Un sutil toque de canela complementa los sabores, redondeando la experiencia placentera.
Con qué otras frutas se pueden preparar estas torrejas
La fresa es un delicioso acompañante de las torrejas, ya que aportan frescura y un toque de acidez que contrasta con la cremosidad y dulzura del pan. Claro que no es la única opción, se puede seguir el mismo procedimiento utilizando otras frutas como:
Manzana verde pelada
Durazno pelado
Piña en trozos
Frambuesas frescas
Moras azules frescas o congeladas
Mango de manila maduro
Gajos de naranja
Cubios de guayaba
Comenzamos con la preparación del almíbar de fresa, para cuya elaboración cortamos las fresas en rodajas de medio centímetro y las ponemos en un bol. Agregamos tres cucharadas soperas de azúcar y mezclamos. Dejamos reposar en la nevera durante tres o cuatro horas. Colamos y reservamos.
Para las torrijas, cortamos rebanadas de pan del día anterior y las ponemos en una bandeja con fondo. En un cazo, infusionamos la leche con el azúcar, la canela y la cáscara de limón. Cuando esté a punto de hervir, apagamos el fuego y removemos bien dejando en infusión durante 20 minutos. Colamos y echamos la leche sobre el pan, dejándolo dentro durante unos 15 minutos, dando la vuelta para que empape bien.
Pasamos las torrijas por huevo batido y las freímos hasta dorar ligeramente ambas caras. Trituramos dos o tres rodajas de fresa de las que tuvimos macerando con un poco de almíbar, con ayuda de un tenedor y usamos la mezcla para barnizar la superficie de las torrijas con una brocha de silicona, una vez salen de la sartén. Finalmente, ponemos las torrijas sobre el almíbar de fresa.

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